Hoy toca tomar consciencia de lo mal que comemos. Pocos somos los afortunad@s que podemos comer en casa, pues las larguísimas jornadas laborales o de estudios y las distancias de un lugar a otro muchas veces no lo permiten. Sin embargo, aun comiendo en casa, el tiempo de reposo es mínimo, y recurrimos en demasiadas ocasiones a las comidas preparadas, a los congelados y, en definitiva, a lo apetecible y rápido. Por este motivo, acabamos descuidando nuestra alimentación. Y es que el ritmo de vida actual no nos permite ni hacer la compra día a día para poder obtener productos frescos y comer de calidad, ni dedicarnos una hora todos los días a hacer de cocinillas. Pero dentro de nuestras mínimas posibilidades deberíamos tomar conciencia y optar por los productos más saludables (verduras, frutas, pescado), menos manipulados (evitar congelados, conservas, fiambres o preparados) y cocinar lo más simple posible (plancha, vapor, horno). Y por supuesto, esto no quiere decir que, muy de vez en cuando, no nos demos algún caprichito pero, por supuesto, utilizando siempre la ley de la compensación. Y es que no somos conscientes de la cantidad de calorías que ingerimos al día y las pocas que gastamos realmente, así que el resultado suele ser que estamos sobrealimentados y "sobrecaloriados". Si no te lo crees, dedícate todo un día a observar detenidamente las calorías que vienen indicadas en todos los productos que tienes en la nevera y en tu despensa y ¡echa cuentas!
Así es que ¡se acabó! comer por aburrimiento, por estar deprimido, por ansiedad, por frustración... Comer y comer mal sólo empeorará esos sentimientos. Si tienes sentimientos o emociones que no puedes dominar y te impulsan a comer, come una zanahoria en lugar de un pastelillo de chocolate o bebe mucha agua. No te diré que salgas y te pongas a correr, porque lo he vivido en mis carnes y sé que en esos momentos sólo te calma el ansia el chocolate, el dulce, el azúcar, pero es que el azúcar, que es de combustión rápida, a la que lo quemes te hará sentir aún mayor necesidad de azúcar. Así que vence al azúcar con una zanahoria (que por cierto, también contiene azúcares, pero de otro tipo) o tomando verdadera conciencia de la causa que te conduce a tu necesidad de azúcar ¿es hambre? ¿es antojo? ¿es ansiedad? Y trabaja en ello, pero no descuides tu salud en la alimentación porque sólo lograrás echarte encima más calorías y más y agravarás todos tus problemas.
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