martes, 22 de octubre de 2013

Doris Day aún vive

Doris Day siempre cantaba. En sus películas era simpatiquísima, y siempre o casi siempre cantaba a la mínima ocasión y era preciosa. En sus películas tenía una sonrisa picantona pero encantadora, aparentaba ingenuidad pero desde la perspicacia. Sus papeles siempre eran de mujer trabajadora, de prestigio, y gran defensora del valor de uno mismo y de la virtud femenina.
Doris Day era mítica en comedias americanas de finales de los 50-60. Incluso Wham, la citaba en una de sus canciones en los ochenta.
De pequeña veía una y otra vez todas sus películas y nunca me cansaba: Pijama para dos, Confidencias a medianoche, No me mandes flores...
Y ¿qué me decís de los escenarios y las vistas de la Gran Ciudad que este tipo de películas nos han brindado? En cuanto a mobiliarios, modas, colores, paisajes...
Siempre he pensado que Doris Day era puro glamour en esas películas que recogían una Nueva York de los 50-60's. Me encantaba ver sus películas una y otra vez aunque en mi casa estuvieran hartos de oírla cantar. Y claro, hacía pareja con uno de los grandes y galanes de Hollywood: Rock Hudson. De niña siempre pensé que era el hombre perfecto... (Aysssxxxx!, suspirito).

Qué maravillosas películas, sanas, divertidas, y con glamour, pero más cercano que el del Star System y sus películas con atuendos y decorados nada cotidianos. Las películas de Doris Day y Rock Hudson se sentían más cercanas (aunque tampoco tuviera nada que ver con nuestra realidad).
 
Pijama para dos: sobre el maravilloso mundo de la publicidad en los años 50.


Confidencias a medianoche: (a juzgar por los vídeos podría pensarse que estos dos se pasaban todas las pelis al teléfono). Cómo ligar en "aquellos" tiempos.


Hoy me he acordado de Doris Day y he sentido la misma sensación que sentía cuando veía sus películas: buen humor, confort, diversión, alegría, ensueño... Hoy he pensado que me gustaría ser Doris como Jean en Confidencias a medianoche o como Carol en Pijama para dos, o como Jane en La indómita y el millonario. Admiro esa picardía de sus personajes, la ingenuidad y su inocencia y el coraje para superarse y lograr sus objetivos manteniendo intacta su moral, su honestidad y sus principios ya sean morales o vitales. Admiro ese el trabajo por encima de todo pero sabiéndose divertir. Está claro que sólo son películas y caracterizadas además por el "happy ending" americano, pero creo que ayudan a mantener la ilusión y luchar por nuestros sueños. Son "bonitas", en esencia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario