Con 14 años es demasiado pronto para saber qué querrás ser de mayor.
Con 14 años eres manipulable, maleable, influenciable... y te gusta lo que ves, o mejor dicho, lo que te enseñan, porque con 14 años no has visto nada, y sólo tienes acceso a lo que te permiten. Con 14 años uno no puede saber si quiere ser astronauta o diseñador de sofás, básicamente porque con 14 años -salvo en contadas excepciones- uno ni siquiera sabe que existe un diseñador de sofás.
Yo con 14 años quería trabajar en la radio, y de hecho, empecé a trabajar/colaborar en la radio con 14 años (en realidad tenía 13, me faltaban 3 meses para cumplir los 14, y no, no era explotación laboral, era voluntariado). Y motivada por ello cuando llegué al instituto opté por letras mixtas, por poder irme por la rama de Periodismo (a la que no llegué porque era la moda en aquel entonces y la nota de corte era alta no, altísima) o irme por la parte técnica. Pero con 14 años ni siquiera me había dado cuenta de que existía la decoración, por ejemplo. Y hoy en día pienso que quizás hubiera sido muy feliz haciéndome diseñadora de interiores, por ejemplo, o escaparatista, o estudiando protocolo y relaciones internacionales, o dedicándome a algo más plenamente artístico.
Con 14 años sólo conocía una parcelita muy pequeñita de posibilidades y ahora, con casi 38, veo tantas que no me decido por una sola.
Sé que nunca es tarde, y siempre hay tiempo, (mientras nos demos cuenta y reaccionemos), pero estoy encallada ante un montón de sueños e ideales que se abren ante mí.
Igual que no nos educan en las posibilidades, (ironías de la vida, ahora lo veréis), no nos han educado en la tolerancia (que vuelven a ser posibilidades que no nos han mostrado) ni en inteligencia emocional(*).
Con 14 años te dejas llevar, y te hacen tomar decisiones que, lamentablemente, no son imparciales.
No te rindas nunca, no dejes de soñar, y si con 50 descubres algo que te motive, ¿por qué no investigarlo?
(*)Curiosamente hoy(1) he leído esto por ahí:(1) Parece que alguien lo haya escrito para mí, porque justamente esto es lo que intentaba transmitir ayer a un amigo.
Algunos estudiosos hablan de que este tipo de dinámicas son el resultado de sumar una educación permisiva y una familia de origen hiperprotectora. El resultado son hijos con una bajísima tolerancia a la frustración, incapaces de enfrentarse tanto a lo que reciben del exterior como a asumir su responsabilidad en las cosas. Alimentan la equivocada creencia que la vida tiene que ser, siempre, fácil y placentera, por lo que no es inusual que abandonen sus proyectos personales o profesionales. Algunos hombres llegan incluso a delegar gustosos en la mujer la responsabilidad e incluso el rol dominante en la interacción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario