lunes, 24 de septiembre de 2012

Y la vida pasa con más pena que gloria

Estoy en el paro. La oferta de cursos es mínima, confusa e inaccesible. Es como el campamento de "Los otros" en Lost. 
He redifinido mis objetivos cientos de veces. 
En esta nueva crisis me he creado nuevos, y diversos, por si fallan unos, disponer de otros, al margen de todo lo demás. Al margen de ser "chica-válida-para-casi-todo". La concreción de objetivos ha durado mucho tiempo. Finalmente, tras un brain-storming individual, porque todo lo hago sola, como ya he dicho, logré definirlos.
Leo el editorial de Joana Bonet en la Marie Claire de octubre y me entran ganas de llorar. No porque sea malo, sino porque sus palabras me llevan a otras, en mente, y relaciono muchas más ideas y conceptos de los que ella cuenta.
Estoy harta de reinventarme; de adaptarme; de morir en mí y resucitar como un ave fénix; hastiada de renunciar a esto, lo otro y lo de más allá; asqueada de no entenderme con el mundo, porque parece que nos manejamos en idiomas diferentes. Cansada de buscar un hueco; de buscar soluciones que no son parches, abren vías diferentes, pero tampoco sirven para nada; de soñar y no ver cumplir ni uno solo de los sueños, por empeño que ponga. Decepcionada del profundo determinismo social capitalista que nos envuelve, de la rigidez de la norma, del abuso de la costumbre y el convencionalismo, de la imposición, del vello, de la flaccidez, de la grasa abdominal, de levantarme por las mañanas con una sonrisa y acostarme como una máscara griega o romana de sonrisa invertida o esperpéntica.
Estoy HARTA.

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